No pude dormir. Pero me dediqué a soñar toda esa… bueno, madrugada. Repasaba cada movimiento, cada sonido, su voz y esos ojos. No sabía mucho de él, pero tampoco me importaba, estaba cautivada con lo que había visto, y eso era suficiente.
Pasaron los días, y con ellos, aumentaba la expectativa. Cada nuevo día podía ser aquél en que él me hablara. El Jueves fue el día… sonó el teléfono, pero no reconocí el número..
Desafortunadamente, el día que quería que nos viéramos, tenía que tomar vuelo a Guadalajara por asuntos de trabajo, pasaría en esa ciudad el fin de semana y regresaría hasta el otro jueves. Propuse vernos al siguiente viernes. Tampoco se pudo porque el salía del DF ese fin. La propuesta fue vernos el miércoles siguiente a que regresara del fin de semana. Tuve que cancelar a horas del evento porque se iba a llevar a cabo una junta de último momento, prometí llamar para acordar nueva fecha.
Saliendo le llamé. El viernes y sábado tenía ya compromisos, por lo que sugerí vernos al día siguiente. A su decir, el día que había seleccionado le era complicado por asuntos familiares. Propuse dejarlo para la semana siguiente. –No- contestó, -ya se ha pospuesto demasiado esta cita, te veo mañana-.
Me sentí andar en pantuflas de nube. Me arreglé, sonreí todo el día, tarareaba cancioncillas e hice más bromas de lo habitual (ah, el efecto embriagador del enamoramiento). Horas antes del encuentro me encontré en pánico. Tenía una sensación muy extraña: era como volver a subirse a la bicicleta, sabía que la había conducido antes… pero ahora que la tenía en frente, me preguntaba si podría volver a hacerlo. Igual era con la cita, recordaba haber tenido varias, sin embargo, ya no me acordaba tan bien de cómo eran esos ardides.
Cuando llegué al lugar acordado, un barecito muy de moda, me encontré de nuevo con esos ojos, verdes, justo como los recordaba. Sonrió mientras iluminaba mi rostro con su sonrisa. Me recibió con gusto y familiaridad… tuve la sensación de sentirme casi en casa.
Platicamos mucho. De lo que hacía, de lo que quería de la vida, de sus aficiones, de anécdotas, amigos, música, etcétera. Era un joven trabajador, con hartas ambiciones, con ganas de crecer, ser y tener más; había viajado bastante, según pude vislumbrar y había vivido en el extranjero varios años. Yo hice mi trabajo de marketing inventando de improviso estratagemas para que viera lo maravillosa que soy (aja!), conservando siempre mi parte Mr. Hyde, al fin y al cabo, así soy yo. Trataba de verle mientras el bajaba la mirada para tomar su trago de la mesa, no quería poner en tan franca evidencia lo mucho que me perturbaba su presencia, su voz y los ojos brujos. Se me escapaban sonrisas aún en el silencio, sin razón aparente.
Profana: Bueno, disculpa la intromisión, pero el asunto familiar salió bien??
- Si, todo perfecto. Disculpa por haberte citado un poco tarde, pero no me podía zafar muy rápido- Respondió como no queriendo dar mucho detalle.
Profana: No, está bien. Algún problema?
No, sólo que mi mamá se va de viaje y quería que estuviéramos el mayor tiempo posible.
Profana: Pues qué bien. Se va por largo tiempo?
Si-
A este punto, las respuestas de la familia se empezaron a hacer muy cortas, escuetas y noté que prefería cambiar de tema, situación que me inquietó un poco. Decidí averiguar más; así que a punta de más cuestionamientos descubrí que el nene era hijo de un personaje de la política exterior de México, que se había desempeñado cargos en organismos internacionales y hasta como embajador en algún momento de la vida. Al parecer también, al nene no le agradaba mucho hacer ostentación de éstas cualidades familiares.
Cambió pronto la conversación, la dirigió hacia otro lado. Le seguí la corriente. Sentí como miedo, si de suyo el nene, al que en obvio de la situación decidí bautizar como Mr. Ambassador, ya me ponía bastante nerviosa, la información que recibí no me ayudaba mucho (qué chingados hacía este nene conmigo… o sea, como que podía salir con viejas súper buenas, mucho mejores que yo, al menos, y “de mundo”, qué hacía conmigo, que no era ninguna de ésas dos??). El, como solía, siguió platicando de otras cosas, con su acostumbrado carisma. Me volví a perder en los ojos.
Decidimos retirarnos del lugar. Se ofreció a llevarme a casa. Caballerosamente, abrió la puerta del coche y me acompañó a la puerta del edificio.
Mr. Amb.: Me la pasé súper bien, me encantaría volverte a ver. Hace tiempo no platicaba tan a gusto con alguien.- Puso otra vez los ojos como de gato regañado.
Sentí que se me encajaba no se qué en el pecho de ver esos ojos.
Profana: Ah, qué lindo. Gracias por el cumplido. Claro, me encantaría que nos viéramos nuevamente. Nos ponemos de acuerdo.
Mr. Amb: Claro. Sólo espero que en esta ocasión sea menos complicado ponernos de acuerdo.
Se acercó… Me besó!!! Sentí el Pop! Desaparecí de la tierra por segundos, momento casi nirvánico. La adrenalina corría por mi cuerpo, era muy extraño, me encantó sentir esos labios carnosos, pero por momentos quise que desapareciera el cuerpo, quise raptarle el alma, tomarla a hurtadillas y guardármela en el bolsillo.
Me despedí de él, agradecí nuevamente el momento y me metí a la casa.
Ya con la mente un poco mas fría, decidí googlear al Mr. Amb., pensé que igual me había dicho todo eso para lucir más interesante; eso y bueno, que al final del día uno ya no se puede creer todo lo que le dicen (nada de suspicacia de mi parte). El resultado fue que era cierto lo que me contó.
Hasta aquí el capítulo de hoy, esta historia continuará … mismo blog, en su hora de preferencia.
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Hace 3 meses
6 comentarios:
Pues sigue sonando muy bien, ja!, y eso de por qué se fijó en ti Profana, seguramente porque no eres una niña como con las que suele convivir y que le moviste el tapete, no se requiere un estereotipo de personaje para sentirse atraído hacia él, solo se requiere química y ésta no ve si son afines en vida, edad, etc...
Confía más en ti!!!
Abacho de oso
ya, la tercera parte! muero de impaciencia!!
me emociona leerte tan emocionada!
super genial!!! te auguro super suerrte con este chico. disfrutalo mucho y vete con cuidado. te mando un abrazo
Prika: Pos parece que ni tanta química hubo, ya te enterarás.
Buenas chambas: ya va la tercera entrega...en menos de lo que imaginas.
Miss Neumann: Si, en algún momento me tenía totalmente emocionada.
Lady Princess: o sea, noooo, nada de agurios de buena suerte... esta historia ya paso... y no hubo buena suerte.
que mas! que mas!.. que chido cuando pasas por esa etapa del conocer a alguien y la neta a ti que te valga quien es, uste dejese querer, quien quite y sea uno de esos buenos romances no crees.. jej
saluditos
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