El Portuloco partía el jueves siguiente a algún lugar del país del norte.
Era domingo, ya un poco más tarde de la hora en que él acostumbraba a retirarse a su casa. Dijo sentirse mal físicamente, y solicitó permiso para pernoctar en mi casa esa noche. Dije que sí.
El lunes, pensó que era muy buena idea que, en vista de que estaríamos separados algunos días, permaneciera en la casa hasta el día de su partida. Acepté el trato.
El jueves, lo llevé al aeropuerto. Salí el viernes por la noche con mis amigas, tal y como dictan las reglas de etiqueta del fin de semana. Mandé algunos mensajes al Portu al día siguiente, que estuve con Srta. P. Los mensajes no tuvieron respuesta. Ya en la noche, P. recibió invitación a un bar al que somos asiduas (para muestra, un botón: Una bebida de ese bar tiene el nombre de mi amiga y ha sido nombrada la mejor cliente del mes en varias ocasiones). Estuvimos en gran plática hasta que cerraron las cortinas del lugar, después nos fuimos a casa del compañero de trabajo de P. a seguir la fiesta, que terminó una vez que el sol ya había salido. Regresamos a dormir a casa de mi socia de parrandas.
No habían pasado ni 2 horas desde que concilié el sueño cuando recibí un mensaje del Portuloco, reclamando mi ausencia en casa. Le marqué. En lugar de saludo, recalcó el reclamo. Le dije lo que pasó, que me había ido desde el día anterior a casa de mi amiga, que habíamos salido a echar fiesta y que me quedé a dormir en su casa. Él se encontraba bastante molesto y yo no quería discutir, así que colgué.
El día de regreso fui por él al aeropuerto. Me encontraba muy molesta porque había desconfiado de mi y en términos generales, no concibo relación interpersonal que sea sana si no existe confianza. Una vez que estuvimos frente a frente, lo saludé y él notó mi obvia molestia. Me comentó que todo el fin de semana estuvo muy mal del estómago, por lo que prefería que nos quedáramos un rato más en el aeropuerto mientras bajaba el tránsito de la hora pico. Aproveché ese tiempo para exponer mi molestia, muy seria, ecuánime y firme, sin gritar, sin panchos. Supongo que realmente vio que no estaba jugando, siempre hubo coherencia entre mi actitud y el discurso, por lo que pidió perdones a diestra y siniestra. Después, nos fuimos a mi casa.
Ya en mi hogar platicamos un buen rato de lo que sucedió en el viaje. Curiosamente esa noche solicitó también permiso para quedarse en mi casa en razón de que seguía mal del estómago y no quería faltar al trabajo el día siguiente, y aprovechando que mi casa quedaba a 10 minutos de su oficina, le sería más cómodo trasladarse. No me negué. Y así, cada día que pasaba alegaba su enfermedad o la evidente cercanía con el fin de semana para permanecer en mi casa. Cuando me di cuenta, ya pasaba más tiempo en mi casa que en la suya, y cada vez aparecían más y más cosas suyas por todos lados. O seaaaaa, el wey ya se mudó a mi casa!!!
Luego, empezó a hacer planes para futuro: que si era muy buena idea buscar opciones para irnos a vivir a Lisboa, en obvio de que él tenía la nacionalidad portuguesa también (si listillos, de ahí el mote); que si era buena idea abrir una cuenta mancomunada para podernos ir de viaje a un lugar exótico y lejano, que si tendríamos hijos en un futuro, etc. Yo estaba apanicadísima, pues en realidad la relación era muy joven y no estaba preparada para vivir con él, menos en Lisboa, ni para juntar mi dinero con él y de hijos, ni pensarlo. Cada vez que proponía semejantes cosas, me negaba muy diplomáticamente; y siempre, sin excepción, él hacía un berrinche que terminaba fastidiándome y acabábamos en guerra sin cuartel.
Finalmente, a todos nos molesta que invadan nuestro espacio, nuestra forma de pensar y cómo queremos vivir nuestro futuro. Decidí que lejos de ser un aliciente, mi pareja se había vuelto un gran dolor de cabeza, un estorbo, una causa de agobio en lugar de ser ayuda y motivación. Decidí que no había nada más que hacerle, por lo que había que terminar esa relación.
Me armó todo un drama, me lloró, me la armó de tos y así estuvimos como 2 horas. Se fue de mi casa sin decir ni ahí nos vemos.
Y podría acabar acá el post, pero me gustaría poner algunas consideraciones finales, pero eso, ya será mañana…
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Hace 3 meses
10 comentarios:
No, Profana, eso de romperle el corazón a un invasor- paracaidista- obsesivos-celoso-panchero-chillón etcétera, creo que fue lo mejor. Qué loco...
Jeje, por cierto, ahora que lo pienso, creo que sí extendí la línea artística al infinito, ¿cierto? Si el ocio fuera la medida, puta, pinche país puntero culturalmente...
Reafirmo, loco???, noooo, loquísimo!!!, mi recomendación es: no vuelvas a callar tu sexto sentido y cuando algo no te lata, no lo aceptes, ja!!! no obtante "bolsa" el canijo y se va a vivir a tu casa, dughhh!!!
Y tu amiga es una borracha o ya tiene acciones del bar??, jajajajajaja
que rollo con el invasor!!!... hizo sus planes sin preguntar??... nombre pobre de ti ya me imagino el estress nada mas de pensar en todo lo que el monito queria para el futuro.
jaja que pex con tu amiga hasta su bebida tiene?? ya me cayo super bien jajaj.
Saludaciones! concuerdo con "Prika" jaja
jajajaja q fuerteeeee, bueno creo q a veces pasa eso sin darnos cuenta y ya luego es muy tarde y explotan las cosas
mmm no seee hoy no me da la cabeza para opinar mucho pero buenooo pasaba por aki para saludarteeeee
Jajaja que cagado, aparte de todo te resulto paracaidista jajaja... Osea get a house!! Espero que hayas aprendido la lección... Saludos!!
yo quiero que una bebida de un bar tenga mi nombre.
por lo de tu pareja, él, caray, así hay muchos hay que cargar con pistola y amenazar a la gente desde un principio. si me pringás te mato.
Profana!!! me voy unos dias de vacaciones y me pierdo la mitad de tu vida jajaja. No mames q loco!!!
te mando un abrazote
Lear: Si, definitivamente, sentí quitarme un peso de encima! Y también creo que fue algo que me hizo crecer mucho y darme cuenta de muchas cosas. y si, te excediste un poco con lo del ocio!!!
Prika: Si, este ñor está como para Fray Bernardino. Créeme, aprendí bien que no me volvía a tragar algo que no me lata.
ah, y nomás es bien borracha mi amiga, pero es perfecto porque yo también lo soy y nos la pasamos bomba!!!
Jane: NO te imaginas lo desesperante de la situación y el stress que me provocaba. O sea??? si quiera pregúntame no??? Ah, mi amiga si tiene su bebida y es a toda madre!
t3mo: no te imaginas qué loco el wey ese... dughhh!
Ricardo: Debería de haber un semáforo para que cuando se ponga en amarillo salgas corriendo no??? Qué bueno que pasas a saludar! a ver cuándo vienes con unos tragos!
Jl: No mames, yo que soy toda agria y ya me andan queriendo ver la cara de la madre "Profana de Calcuta". No vuelvo a salir con homeless!! jajajaj
Sirako: No había pensado eso de la pistola, pero me parece una excelente idea!!! Lo del trago, se puede arreglar, ya llegará la bebida con tu nombre!!!
Princesa: Que envidia, vacaciones: yo sabía que eran, pero ya ni me acuerdo bien!
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