jueves, febrero 19, 2009

De la Condesa: personajes inhóspitos y volantes.

En términos generales, considero que la Condesa es un buen lugar. Salvo por sus problemas de estacionamiento y sus continuos embrollos de tránsito (a mi qué más me da, si ni coche tengo!), la colonia resulta hasta pintoresca. Vivir o trabajar por aquí tiene su lado peculiar. Soy frecuente de estos lares desde la universidad, dada su cercanía; mi primer trabajo fue también aquí y una de mis mejores amigas es vecina de la colonia, así que jamás he abandonado estos rumbos. La zona tiene su pulso, su aura y sus olores. Mi continua presencia en sus lugares me han hecho convivir con la gente que la integra: meseros, bartenders, dueños de bares, la gente que te hace el café y hasta los viene-viene (y no sé ni por qué, si yo ni coche tengo!). Me gusta caminar por sus calles, ver a la gente en los restaurantes, entrar a las tiendas de diseño a ver lo que hay de novedades, y sobre todo, ir a sus bares a relajarme después del día laboral.

La Condesa también tiene a sus personajes. Está por ejemplo, el señor que vende máscaras de luchador; la señora que canta con su guitarra “T-t-t-t-t-t-t-tranquis, tranquis”, el señor viejito de sombrero que vende plumas (para escribir, no de aves), el ñor de las películas, o la otra señora que vende pulseras en una cajita de galletas danesas. Simplemente son parte del vecindario y avistarlos en los cafés y en la calle es cotidiano.

Se coexiste bien aquí o eso pensaba, hasta antes de encontrarme a otro personaje.

No suelo salir mucho de la oficina, y cuando lo hago, generalmente tengo que ir muy a prisa. Uno de estos días que me encontraba en la tiendita de la esquina, llegó una mujer repartiendo volantes.

Filosofía Profana: No suelo aceptar volantes en la calle (salvo los que se tratan de comida para tener un menú el número telefónico en la oficina). No me parece que tenga sentido, después de todo, si uno necesita algo, lo busca en internet y ya. En esta tesitura, el volanteo me parece un desperdicio de papel, pintura y esfuerzo humano. Tampoco cambia mi criterio con aquellos que se refieren a causas sociales. Sé que, eventualmente, ni los voy a leer y terminaran hechos bola en el cesto de basura, por lo que se me hace poco considerado que si alguien promueve una causa, tire su esfuerzo y recursos por la borda. Así, ante cualquier ente que empieza a levantar su manita extendiendo el papelito, inmediatamente declino la oferta con un –No, gracias! (no hay que perder los modales, pues).

Pues hete aquí que Profana estaba comprando no se qué demonios en la tienda, cuando llega la señora extendiéndome una hojita al tiempo que decía que quería darme información sobre el SIDA. Para no variar, decliné la oferta. Justo en esas, la señora alza la voz y me empieza a decir que era yo una malagradecida, que ella sólo quería darme información, que por eso estaba la juventud echada a perder, que en nada me dañaría recibir el volante, que no siguiera en mi ignorancia y no sé cuántas cosas más. La gente empezó a voltear a ver el alboroto y yo sólo pensaba en la prisa que traía. En cuanto se calló la vieja, salí de la tienda.

La segunda vez que me la topé de frente, para variar traía prisa. Tomando en cuenta el antecedente, pensé que lo más sensato era tomar el volante en cuando me extendiera la mano y seguir mi ruta. Grave error: una vez que tenía en la mano el pinche papelito, la señora se puso a explicarme un montón de cosas del SIDA . Yo trataba sutilmente de seguir dando pasitos, pero ella, al darse cuenta, tuvo a bien decir –Pérate poquito, qué no puedes parar un minuto para que te explique? No seas maleducada!!!!-. Otra vez me puse a pensar en que tenía poco tiempo como para andarlo perdiendo así, tampoco entendí para qué repartía los volantes, si terminaba explicando todo de viva voz. Una vez más, en cuanto se calló, me largué, sólo que en esta ocasión me felicitó diciendo que era yo “una niña muy bonita y que me agradecía que la escuchara”. Mi plan falló otra vez, no hay forma de ganar.

Comprendí que le tenía miedo la última vez que la vi: Estaba en el mini súper, cuando ella llegó con sus volantes en mano. Se metió y empezó a buscar su primera víctima. Cabe mencionar que yo estaba muy cerca de la entrada cuando la divisé; lo primero que se me ocurrió fue correr hasta la parte más lejana de la tienda, es decir, los refrigeradores. Empecé a esconderme detrás de los anaqueles conforme se internaba por los pasillos de la tienda. Ahora el problema era salir con las mercaderías sin ser interceptada por la ñora en la caja. En cuanto se agarró a su incauto corrí casi aventándole el billete al cajero y me fugué a toda velocidad. Estaba feliz, ahora sí la había evitado.

No toda la fauna típica de la Condesa es grata y afable. Sirva mi testimonio como un consejo para cuando visiten la colonia: si se les acerca alguien queriéndoles hablar de SIDA, ahora saben que lo mejor es esconderse. Si esto no es posible y el encuentro es inminente, mejor respiren profundamente, piensen que tienen mucho tiempo, y agradezcan el sermón.

21 comentarios:

Fer V dijo...

¡Vaya, vaya!

Yo soy muy parecido a ti en ese sentido, no me interesa detenerme a escuchar causas, credos, ideologías, pláticas preventivas, ruegos o cualquier otra información no solicitada en las calles. Procuro ser amable, pero firme. Y si alguien se queja porque rehuso escucharlo ¡bien! Simplemente lo ignoro ¡me dá igual!

Y bueno, creo que ya te encuentras a salvo de la señora de los volantes y el discurso del SIDA, después de todo ¡ya tienes tu volante, ya escuchaste el discurso!

La próxima vez en vez de esconderte ¡encuéntrala con una sonrisa! Y con un gesto de aprobación dile "¡Excelente información la suya! ¡Adelante con la labor!" Quien quita y hasta le haces su día más amable y fácil de llevar ;)



¡Sonríe!

Lilián dijo...

Mira nomás:

Nos pasó casi lo mismo, excepto que a ti te tocó una desequilibrada mental y a mí... pues básicamente también.

Yo tampoco acepto volantes desde que leí algún mail morboso donde decía que tenían unas sustancias tóxicas en el papel, y yo de pinche crédule dije: ni maíz que me vuelven a dar esas chunches. Pero la verdad, LA VERDAD, siento bastante feo con toda la gente que desairo, me deprime pensar que yo les arrebaté la posibilidad de terminar con su cuota diaria un poquito más temprano. Blah.


Lo que sí es que, en efecto, zona condechi-romoide está lleeeena de fauna social ecléctica. Desde los "nativos", fresas-alternativos que se visten súper groooovy, man-- hasta los loquitos que andan desatados, que han vivido acá siempre, y que no se dan cuenta que su rumbo ya no es esa zona tradicional y vernácula, sino LA nueva zona.

Rafael Merino Isunza dijo...

Hablando de fauna grata y afable te presento al Condechi Joe para que cales la melcocha.

http://www.youtube.com/watch?v=MYR-ZjcMFpc

Invierno Funk dijo...

no mamars, a mi me cagan los chavitos de las estampitas...
porque además si les das varo se los dan a gueyes que los explotan...

como los de la rifa para la casa hogar o algo asi... que es puro choro...

Los valets que se roban todo...

hay un broder que vende ropa hindu jaja... siempre lo veo...

sobre los volanteros... estoy de acuerdo en que me caga que gasten en papeles que todo mundo tira... uno que otro roto lo usa para enrollar un porro, pero por lo general es pura pinche basura...

PEEEERO... algún día buscando un poco de varo para invitar a salir a mi novia, no me quedo de otra que volantear.. y precisamente en la condesa jaja... ya ni pedo...

entonces también entiendo que a veces es chido aceptar el papel... para que el prójimo volantero acabe rápido... equilibrar un poco la rebambaramba...

es un pedo eso...

btw... mi bar favorito en la condesa: yerbabuena
segundo lugar: black horse
tercero. pata

aburs!!!

Emilio M O dijo...

Hay un bolero "El bolas" que te cuenta su vida de cuando era floricultor, ese don es la neta. La d los volantes nunca la he visto, pero me la imagino como la loca de los gatos de los simpson.

SalU2

Profana dijo...

Cierto, el que vende ropa Hindú es la onda.

Al bolero no lo he conocido, pero lo buscaré.

y haciendo investigación sobre el tema (porque ante todo este blog es serio), me dijeron de un señor que "pide pa un taco" y que se enoja si le dices que no: "No me digas que no"!!! (ahora investigo si este señor no fue la inspiración de la cancioncita de unos chavitos precisamente con esa misma letra, podríamos tener un millonario pidiendo pesos en la Condesa)

Jana dijo...

Que pintoresca señora jejeje pero si que hueva estar escuchando esos sermones porque ellas piensan que uno tiene su mismo tiempo libre y nunca paran!!!

Cuando vaya al DF y pase por la Condesa huire toda aquella señora con actitud amenazadora y volante en mano.

saluditos!

La Rumu dijo...

Yo soy más coyote que nada , pero de mi veloz paso por la condesa recuerdo al señor de la ropa hindú con sus maletotas llenas, jaja... La predicadora debe ser tan irritante como un chamaco de pelo 'naranjita' (jojojo...) que primero te pide dinero y si te niegas te insulta en español y en noséquédialecto.
Pero sin duda que las colonias a las que les agarramos cariño viven románticamente en nuestros recuerdos. Ahhh qué buenos tiempos...

JORGE SOLANA AGUIRRE dijo...

Saloudoss
El pasado y sus pasos nos siguen!!!

Unknown dijo...

Los que no soporto son los franeleros de la Condesa…nunca se de donde aparecen y exigen dinero por el uso del espacio público…

Anónimo dijo...

A mí los volanteros me dan miedo. Siempre me descubro una pésima persona al darme cuenta de que no me importa nada de lo que tengan que decir. A lo mejor si los ponemos a todos ellos a escucharse mutuamente se solucionaría ese problema

Anónimo dijo...

Miren tienen razon en que a lo mejor esa señora estava pesada pero hablando d los volanteros ellos solo quieren terminar sus volantes para irse a sus casas ellos saben que molestan pero tienen que repartirlo y como nadie cumple el papel civico d agarrar el volante llega un punto en que la persona se irrita nadie quiere trabajar d eso y en vez d ayudarlo a que terminen sus volantes los despreciamos ojala nunca nos toque salir a repartir y todos tenemos un amigo o alguien que alguna vez repartio y n hay que tener miedo al que trabaja ESCRITO POR SERGIO ADRIAN CORDOBA

Anónimo dijo...

A les dejo mi correo cordobasergio52@yahoo.com.ar y una pagina mia es linda http://sensualhot.com.ar saludos je je

Sergioadriancordoba dijo...

A les dejo mi correo cordobasergio52@yahoo.com.ar y una pagina mia es linda http://sensualhot.com.ar saludos je je

Unknown dijo...

¿papel civico d agarrar el volante? WTF!!!!

Anónimo dijo...

Obio estas ayudando a alguien y luego lo tiras ay que utilizar la empatia

Anónimo dijo...

Obio estas ayudando a alguien y luego lo tiras ay que utilizar la empatia

Anónimo dijo...

Obio estas ayudando a alguien y luego lo tiras ay que utilizar la empatia

Unknown dijo...

Porqué habría de querer tomar publicidad que no me interesa y luego qué clase de persona sería al tirar el volante y responsabilizarme por generar más basura. Civismo es no promover trabajos de mala calidad que apenas alcanzan para vivir, como los volanteros, y evitar generar más desechos sólidos, en una ciudad que tiene problemas con su manejo.

Si tomo el volante, en lugar de ayudarlo, sólo lo perjudico a él y al resto del planeta, al presionar los recursos naturales y generar trabajos de mala calidad…o tú crees que los volantes están hechos de papel reciclado? Para nada, suelen ser de papel de muy buena calidad, para que las personas se sientan atraídos por ellos. O a caso crees que les dan prestaciones sociale a los volanteros? En fin, tu idea en lugar de ayudar, perjudica a todos.

Anónimo dijo...

Claro que n solo lo agarras y lo tiras al tacho ya sabemos que le pagan re mal pero por lo menos que nc maten intentando que alguien agarre el volante para que nc sientan mal lo agarras lo tiras re facil

Anónimo dijo...

Claro que n solo lo agarras y lo tiras al tacho ya sabemos que le pagan re mal pero por lo menos que nc maten intentando que alguien agarre el volante para que nc sientan mal lo agarras lo tiras re facil