Una de las cosas de las que siempre me he envanecido es la gran cantidad de amigos con la que cuento. En realidad, para mí ellos son también mi familia; salvo por contadas y muy honrosas excepciones, ellos se han quitado la camisa más de una vez para dármela mucho más que gente que resulta consanguínea.
Agradezco mucho poder seguir conociendo gente maravillosa que sé (y espero) estarán presentes en mi vida por largo rato, al menos. Pero también están aquellos que han estado demasiado. Ellos han vivido todo conmigo. Saben mis andanzas, mi forma de pensar, me han secado las lágrimas y hasta han organizado verdaderos operativos estratégicos para sacarme de algún problemilla, ya sea poniéndome un grupo de personas dispuestas a moverse a mi señal u organizando planes de mudanza y escape.
A mi grupo de la prepa, a quienes llamo “el grupo de Apoyo”, tengo ya de conocerlos más de 10 años. Solíamos ser, al menos, el grupo base compuesto por 5 amigas, más agregados culturales que eventualmente hacían intermitentes apariciones en las aventuras. Como aquélla canción de los perritos, para mí de los 5 que existían, ya nomás quedan 3, incluyéndome.
Las cinco solíamos ir siempre juntas de un lado para otro. Cuando salimos de la prepa establecimos la buena costumbre de vernos una vez a la semana al menos. Así fuera vernos para fumar un cigarro y platicar unos 10 minutos, no se faltaba a la reunión. Así fue semana con semana por casi 5 años.Ya después, hace como 2 años, Elsa y Lady Red tuvieron alguna serie de malentendidos de “líos de pantalones” y se dejaron de hablar por largo rato. Así que, aunque cada quien tuvo la oportunidad de continuar la amistad con ambas por cuerda separada, Elsa salió de la usual convivencia de el grupito. Después los malentendidos fueron arreglados por voluntad de las involucradas. De forma media forzada, ahora se vuelven a encontrar en algunas ocasiones, pero aquello nunca volvió a ser lo mismo.
Tiempo después, sobrevino el incidente del “Cuchitril Gate”, evento por el cual, tuve que solicitar a las otras 2 integrantes del grupo que no me juntasen con Charms Wannabe. A ellas, aquél incidente no les pareció tal alarmante para que yo tomase semejante resolución, de hecho, hasta se molestaron por mi petición y aún a la fecha, hay momentos en los que tratan de que le hable nuevamente. De cualquier manera, terminaron entendiendo que, sin importar lo que ellas opinasen, no había ya marcha atrás.
Para mí, desde entonces el famoso grupo de apoyo se redujo a 3 personas: Lady Red, Poniatos y yo. Como era evidente, este giro en el camino dio lugar a encuentros mucho más espaciados y redujo los temas de conversación, pues nadie se sentía cómoda si se mencionaba “ese” otro tema.
Las cosas ya tampoco fueron iguales. Cada vez pasa más tiempo sin que nos veamos y pareciera que a nadie le importa realmente. A veces, creo que no es más el curso de la vida el que nos complica seguir tan unidas como antes, pues evidentemente, cada quien tiene sus ocupaciones, sus otros amigos, su familia y sus parejas muy formales (soy la única sin novio). También he llegado a pensar que de alguna manera, aún no han encontrado la perfecta absolución para aquélla persona que una vez más cuarteó al grupito feliz (entiéndase que fue Profana la malvada que decidió mandar a la chingada a Wannabe). Probablemente sólo sea que mi ondita ya no les parezca tan graciosa y ellas buscan ahora algo distinto a lo que yo quiero para este momento de mi vida. Claro que ya también me han aventado el rollo de "es que te la pasas en el desmadre y en las pedas" (chale, me siento como Amy Winehouse) y dicen estar legítimamente agobiadas, porque, por lo pronto, no tengo planes de tener una pareja formal, ni casarme, ni tener hijos, ni la vida de Stepford Wife feliz con la que debería soñar (y que parece ellas sí buscan).
Lo cierto, es que todo esto me trae sacada de onda. Aunque suene excesivamente cursi, siempre pensé que hay cierta gente con la que envejecería, y que desde luego, yo sería el testigo de su vida. Hoy dudo sobre la viabilidad de esas esperanzas. Y no me es fácil.
¿Todavía sigue vivo esto? (o la recapitulación del bloguero entusiasta)
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No sé qué pasó.
O sí sé pero no quiero recordarlo. El caso es que dejé en suspenso este
blog y me dediqué durante una década a seguirlo en Wordpress
Co...
Hace 4 meses