miércoles, mayo 28, 2008

De brujas y amores eternos.

Empezaba el año 2007, si mal no recuerdo. Como todos los años (sobre todo cuando inician), es costumbre de mi amiga fijar a la brevedad posible una fecha con su bruja, para que le diga los augurios que el año que entra traen consigo. Ese año no fue la excepción.

No soy yo muy creyente de esto de las leídas de cartas o de manos, o en general de cualquier mancia. Tampoco soy tan escéptica; quizá como ante cualquier mito, uno guarda cierto respeto o más bien, quizá un poco de esperanza. Algo así como aquello del “coco” o el famoso “amor a primera vista”. Pero bueno, tampoco podemos decir que el hecho de que alguien le diga a una mexicana que va a conocer a un hombre moreno claro, de cabello castaño y ojos café; sea precisamente una cosa que pocas veces pudiese pasar en este país y que sólo una excelente vidente pudiera vaticinarlo. Vaya, lo interesante fuera que te dijeran hasta su CURP!!!

Pero no me desvío. Aquella vez me había quedado de ver con ella para comer juntas, así que me pidió la acompañara a su esotérico compromiso. Acepté.

Mientras ella pasaba con su bruja, yo esperaba en la salita leyendo una revista. Escuché que me llamaron desde dentro, así que me asomé tímidamente para verificar. Mi amiga me pidió que entrase. Después de un buen rato en el estira y afloja de que me leyeran las cartas, terminé cediendo y cuando menos cuenta me di, ya esta revolviendo las cartas con mis manos.

Al tiempo que la señora iba acomodando las cartas en la mesa, comenzó a decir que había vivido una separación muy fuerte. No supe a cuál se refería, tenía aproximadamente medio año de haberme ido a vivir sola y menos tiempo aún de terminar una relación que duró casi los 4 años. Aún así, evité la pregunta. Después me dijo que veía que me encontraba muy contenta en mi trabajo, que no estaba muy de acuerdo en la forma en que se repartían los ingresos. -¿Y qué trabajador lo estaría?- pregunté para mis adentros, sin emitir sonido nuevamente.

Después vino lo interesante. –Veo que trabaja contigo un hombre de tez apiñonada. Tú lo quieres mucho y el sentimiento es recíproco. Han sido amigos por mucho tiempo, aún antes de trabajar juntos, se han ayudado mucho y adoran pasar tiempo juntos-. Creí, ahora sí, saber de quién se trataba, había concordancia entre lo que me decía y la circunstancia real. –Pero aquí también veo a una mujer morena, que también trabaja con ustedes. Es su novia o tiene una relación con ella. Te tiene mucha envidia, ella no cree que su cariño sea sólo de amigos- continuó la mujer. También eso era cierto, nunca me quiso mucho, pero bueno, pocas novias de mis amigos suelen apreciarme, por lo que tal vicisitud me tenía sin cuidado en realidad. – Valgame!- dijo escandalizada nuevamente, para posteriormente explicar – Ella es de un lugar en donde la magia se usa con regularidad, y aunque ella vive aquí, sigue teniendo contacto con su bruja. Te ha mandado hacer un trabajo para que te alejes de su hombre y para que no tengas una relación amorosa exitosa. Se te acercarán los hombres, pero con ninguno podrás establecer algo serio. No te preocupes, puedo ayudar a romperlo-. A este punto, ya no sabía que creer, en obvio que, si bien era cierto que esos dos personajes existían en mi vida, eso del “trabajo” ya se me hacía exagerado.

Una vez que terminó la dichosa lectura, tuve a bien agradecer y retirarme. Mi amiga, quien escuchó palabra por palabra, parecía algo agobiada. Insistió varias veces por la tarde en la necesidad de que acudiera nuevamente a su bruja para romper el hechizo. Por mi parte, prefería pensar que era algún tipo de treta de la señora para cobrar un dinero extra por la ayuda metafísica. No volví a tocar el tema y después lo olvidé en algún cajón de la memoria.

No sé por qué me acordé de eso hoy. Quizá el calor ha deshidratado mi cuerpo, impidiendo, en consecuencia, que el oxígeno llegue correctamente a mi cerebro. Probablemente sea porque sigo buscando determinar las variables que me aclaren la ecuación, aunque ésta ya no pueda resolverse. Lo más lógico sería pensar que es sólo porque hace un momento, me habló precisamente la misma amiga y acabo de acordar comer con ella este sábado.

Pero bueno, lo importante es que ahora que tengo eso en mente, no pude evitar preguntarme si la bruja habría tenido razón. Lo sé, es una postura cómoda; mucho más para alguien que cree que cada quien es forjador de su destino y creador de sus caminos. Y aunque probablemente ahora pareciese que me he tomado un descanso en la banca de la autocompasión, mi parte lógica me pregunta: Si, esta vez tampoco ha salido. No empezó, y por ende, mucho menos fue para siempre. Pero, ¿Qué relación lo es en realidad? ¿Cuáles son las probabilidades de que algo así suceda según estadística?. Y es cierto, al final, el amor es y debe ser eterno… hasta que se acabe.

martes, mayo 20, 2008

Del Tabaco y Sabina

No tenía mucho que hacer por ese momento, o me buscaba la mejor manera de no hacer nada, no sé, no lo recuerdo bien. Frente a la computadora, encendí un cigarrillo, como resulta habitual. Empecé a navegar por youtube, tenía varios pendientes con él: buscar desesperadamente los avances de la película de Sex and the City, la que espero con ansias desde que alguien me pasó el chisme de que saldría. Después de agotar cuanto recurso se me presentó al respecto, empecé a dar tumbos de un tema a otro. De repente me encontré a Sabina, era una entrevista que me quedó casi como anillo al dedo. La miré hasta el cansancio, estaba maravillada (acá la puedes ver).

Entrevistador: Veo que de vez en cuando te fumas un cigarrillo…
Joaquín Sabina: Lo que si dejé, sigo habiendo dejado radicalmente la nariz sólo para respirar, que ya es bastante.
Ent: Es de lo único que no te has podido quitar?
J.S.: Sí. Nunca pensé quitarme de un whiskeycito… pero si pensé dejarme de fumar porque no quiero morirme de un enfisema, y a demás, sé que me hace mal… es muy difícil, es imposible.
El otro día se me acercó en Madrid Tessa de Baviera, y me dijo: eres Sabina? Sí. … es verdad eso que te he oído decir que es más fácil quitarse de la coca que del Tabaco? Y le dije: es verdad. Y se ha ido encantada!
Es mucho más fácil, me he quitado de la coca sin gran problema… y es.. un infierno! Escribir sin fumar es inhumano, vivir sin fumar es inhumano.
Entrevistador: Sientes culpa ante cada cigarro que apagas?
J.S.: Yo siento culpa ante todo, por respirar siento culpa.
Entrevistador: pero son drogas legales, no? Tabaco y Alcohol…
J.S.: Todas las drogas deberían ser legales.
Entrevistador: Entonces sigues teniendo conciencia de fumador?
J.S.: Yo soy un fumador. … (Pedro) me lo contó, que el otro día estuvo con un tipo que llevaba 20 años sin fumar, y había vuelto a fumar ya después de 20 años, y le dijo: estos 20 años, han sido un infierno!!!
… yo creo que los fumadores pasivos son unos cabrones!, que fuman sin pagar; deberían pagar un impuesto, carajo!
Entrevistador: Pero está claro que tu siempre apechugas con tus vicios y con sus consecuencias…
J.S.: Hombre, en esta casa tenemos multitud de defectos, algunos los hemos citado hoy, pero no somos hipócritas!
Entrevistador: y tus canciones, le deben al tabaco?
J.S.: Si, es que es el mejor amigo del hombre. Yo recuerdo una vez (supongo que le habrían pagado todo el dinero del mundo, pero no lo parecía) vi a Frank Sinatra en Barcelona, y a la décima canción le trajeron un vaso de whiskey; lo bebió… y dijo: este es el único amigo del mundo que nunca me ha fallado, se llama Jack Daniels!
Hostia… pero cuando estás hecho mierda, te ha dejado tu mujer, has perdido al poker y te han dicho que tienes cáncer… bueno, es más, por cierto, los condenados a muerte, estadísticamente piden un 80%, un cigarrito.
Entrevistador: Bueno, y cuál es el discreto encanto de la sobriedad?
J.S.: Es discreto, pero no es encanto. No, yo por los excesos, sólo siento nostalgia.
Entrevistador: Pero por qué eres más amigo del exceso que de la sobriedad?
J.S.: Y yo qué se… y por qué Baudelaire? Y por qué Becker? Y por qué Picasso? Y por qué la Bohemia? Y por qué las vanguardias? Y por qué los años 30?
Entrevistador: Tú te reconoces vicioso, claro…
J.S.: Bueno, no me reconozco yo… es la ficha policial, yo no tengo qué añadir…


Toda esa plática fue entre risas, verdades dichas sin asomo de pena, sin pretensiones falsas. Encendí un cigarrillo más, tenía que hacerlo, primero, porque se me había antojado después de semejante charla; y segundo, porque tenía que pensar.

Y creo que no está perdido. El señor Sabina es un genio, y a la vez, un vicioso, así como una larga lista de personas que han marcado tendencias, que han hecho cambios y que han llegado a ellos entre periodos de prostitutas y bares; entre alcohol, tabaco, ajenjo y muchas otras sustancias que se conocen como dañinas. Unos lo han tenido todo, otros no tanto, pero siempre encuentran la inspiración no entre la belleza per se o la opulencia, sino que han hecho resaltar lo magnífico de la generalidad denominaría como inmundicia. Han sido punteros y revolucionarios precisamente ellos, los mal vistos, los ermitaños, los marginados, los locos, los soñadores, aquéllos que pudieron tener una vida perfecta, y que en lugar de seguir el camino en línea, decidieron tomar la vereda. Por definición, el estándar no puede sobresalir.

Creo que tiene lógica: por qué apresurarse a llegar al final, si de todos modos será igual para todos. A quién le interesaría escribir o comprar un libro llamado “¿Cómo morir perfectamente sano?”. Mejor, al final me gustaría poder decir, parafraseando a Sinatra: si, fue a mi manera.
Y bueno, así seguía tratando de poner en orden la maraña de ideas que he traído en mente con esto de ser el lado B; que no me molesta ser como soy (pues sería de locos entonces no cambiarlo), sólo que de repente encontré más argumentos para disiparme las ideas, o quizá, clavarme más en ellas.

“Es el mejor amigo del hombre… pero bueno, es que cuando estás hecho mierda”, decía el loco. Estaba sola, en la noche… diría en palabras de Sabina que hasta las musas han pasado de mí. Sin embargo, al lado estaban mis cigarros, en la nevera el vodka y en la mesa el Ron.

lunes, mayo 12, 2008

De abrir los ojos

Él odia el cigarro, no fuma y le molesta que alguien más lo haga cerca de donde él se encuentra. Huelga decir que considera a aquéllos que fuman mota, o peor, que usen alguna droga de diseño; para él sólo son perdedores de extrema debilidad que no pueden resistir tratar de ocultar sus problemas en la drogadicción. Pocas son sus borracheras, casi no toma y a lo más, sólo consume espirituosas un día a la semana, siempre en viernes o sábado, pues nunca sale entre semana. Bajo la premisa de que cada quien es lo que come, cuida mucho su alimentación. Es quisquilloso e impecable en su aspecto. Tiene horarios casi rigurosos, sale a caminar con su perro a las siete de la mañana, llega al trabajo a las 10, come a las 3, sale a las 8 y duerme a eso de las 12. Hace ejercicio al menos cuatro veces a la semana y le pesa no hacerlo, para colmo, no ha habido deporte en el que no sea bueno. Es estricto en su trabajo, dedicado y exigente; aun bien podría vivir vida de hijo de papi. Es apegado a su familia, más de lo que suele serlo alguien de su edad, son su prioridad y ellos corresponden a su cariño con atención y lisonja.

Podría decirse que tiene la imagen de lo que la gente generalmente considera un ganador. Vive una vida tranquila, le va bien en los negocios, es saludable y ambicioso. Nadie duda que algún día, no lejano, llegará más allá de lo que sus padren han llegado. Ha tenido oportunidades y las ha aprovechado y, seguramente, buscará incansablemente más.

Yo soy una gran bohemia, cuando tarde, empiezo la fiesta el jueves, y si se puede antes, mejor. Fumo como chacuaco, sea por asiedad, de alegría, de nervios, por lo que sea, fumo y fumo. Eventualmente me echo un toque. Suelo comer lo que se aparezca en el camino, saludable o no, y nunca hago ejercicio, so pretexto de que va en contra de mi religión (y la degradada condición física que tengo a consecuencia de mis excesos). Tengo amigos de todos tipos, los niños bien, los pobres, los intelectuales, los trabajadores, los borrachos. Me considero abierta y me gusta conocer nuevos mundos y formas de pensamiento. Veo como fuerte a la gente que opta por vivir lo más posible, pues a mi entender, sólo aquella gente que se conoce y que tiene criterio, puede a final de cuentas elegir qué le sirve, qué le gusta y qué necesita; después de todo, apartarse del estereotipo no implica un camino fácil. Soy flexible respecto de lo que pueda considerarse la felicidad o el éxito. Me aparté de mi familia por decisión y creo que, de lejos, estamos mejor.

Soy de humor negro y sarcástica. Se que en variadas ocasiones doy la apariencia de ser frívola y valemadrista. Habrá, no lo dudo, quien me considere una hija de puta.

Su cumpleaños acaba de pasar. Para festejar la ocasión, organizó una cena a la que concurrimos la banda de siempre y sus amigos, a los que el tiene a bien llamar "los fresas". La división de banditas no se hizo esperar. Por un lado platicaba una y por la otra, el otro grupo. Pocas anécdotas se compartieron, generalmente, por nuestra parte, era de relajos que habíamos organizado.

Una de sus amigas, de esas que tienen toda la actitud de ser la perfecta hija de familia, terminó haciendo tremendos desfiguros después de haberse tomado tres copas de vino, descuidando su pose de dama perfecta. Otra, le demandaba al anfitrión casi entregarle por escrito los resumés de la gente de la otra banda, pues al parecer le importaba más nuestra profesión y lugar de trabajo, que acercarse a conversar con nosotros; al tiempo que le decía que era una pena enterarse de que él ahora era así, cuando ella lle había conocido siendo un "buen muchacho".

Salí a fumar un cigarro a la banquita que se encontraba afuera del restaurante. El ambiente empezaba a sofocarme y necesitaba respirar humo que me disipara la mente. Él me alcanzó después, presentándose sin aviso y tomando asiento a mi lado. Me dijo haberse dado cuenta que no podía juntar a la banda con sus amigos "los fresitas". Aunque manifestó sentir cierto alivio porque no hubo los roces que él pensó podrían darse, confesó que a sus amigos "los fresas" les parecía triste nuestro concepto de diversión y estilo de vida, y más aún, que él se hubiese integrado en él dejando de lado el buen camino. Me expresó su malestar por no poder lograr que sus mundos coincidieran. No me mencionó si hizo el menor intento, siquiera, por desvirtuar tal cosa, o exhaltar alguna virtud nuestra. Sólo resolvió que no podía juntarnos, porque aunque a su decir, él es como ellos, también era cierto que él es más abierto.

Justo ahí me di cuenta: somos (y soy) su lado B, el obscuro, el que prefiere no sacar a la luz. El relajo en el que le gusta estar sin que nadie lo ubique en el. La parte que esconde para no dejar de lado su otra imagen y no perder el aplauso silente de los que le rodean. También, porqué no decirlo, yo era la mujer que jamás pensaría tener a su lado.

La verdad me cayó como bomba. Es cierto, no soy el prototipo de niña bien, ni de dama perfecta; pero también creo que debió en algún momento ver que aunque sea parrandera, aunque haya cosas que tome con ligereza, aunque haya salido de muchos parámetros sociales, también es cierto que soy inteligente, que trabajo arduamente y mi trabajo es profesional, que soy responsable, que estoy dispuesta a hacer todo lo que esté en mis manos por la gente que quiero y que, aunque suene cursi, tengo un gran corazón debajo de la capa de frialdad que me cubre.

Sin embargo, no lo hizo. Me percaté de que para él, la única palabra que me podría describir es desmadre. Eso, sin duda, dolió. Al tiempo que él seguía hablando, con cada palabra que se iba en el aire, se llevaba un tanto de respeto que tenía por él. Se fue empequeñeciendo ante mi vista. Me sentía decepcionada.

Regresamos a la mesa. Noté la mirada de Bacha algo triste y perdida: se había dado cuenta de todo también, el mazo le golpeó la espalda al mismo tiempo que a mí. Un par de miradas bastaron para saber que ella también compartía mi situación. Así, llené nuestras copas con vino nuevamente, la de Bacha, la de Niño D y la mía. La levanté en señal de brindis, primero chocándola con D en señal de callada despedida; después contra la de Bacha, en señal de esperanza; y finalmente con los dos, en agradecimiento por lo que vivimos juntos, así como por lo que no podrá ser.

Cuando el vino terminó, tomé mis cosas y me levanté del asiento. Me despedí cortesmente de todos. Mientras caminaba a la salida volteé el rostro para ver lo que quedaba atrás. Le hice una señal a Bacha indicando que al día siguiente nos veríamos. A Niño D, sólo le hice un ademán de adios. Después atravesé la puerta.

lunes, mayo 05, 2008

De rollos en círculo.

“Quiero hablar contigo”- me dijo niño D mientras sostenía el vaso del que había bebido toda la noche y me señalaba una mesa que se encontraba desocupada.

Sabía que teníamos que hablar. Muchas veces tuve que reprimir el arrojo de decir esa frase porque aunque era recomendable hacerlo, no quería dar pasos en falso y después tener que resignarme a llevar en hombros las consecuencias que vinieran por ello; fuera por la plática en sí y/o por ser yo la primera en tomar la iniciativa. Ahora el me lo pedía, la frase había sido dicha, supongo que también D ya un poco envalentonado ante la borrachera que traíamos.

-Por qué estas rara conmigo? – dijo D en cuanto tomamos aquélla mesita. Sólo le dije que no entendía a qué se refería, que en realidad, no estaba rara con él, y le pedí que me explicara la razón de su pregunta. -“Últimamente, me has hecho sentir mal… de todo lo que hago te burlas, no pierdes ocasión para decirme que soy un pendejo y ya no sé si te hice algo para que te portes así conmigo o qué onda”- expuso D. Por un momento me sentí aliviada, respiré un poco de calma mientras contestaba que eran simples bromas, que me gusta tirar carrilla, que tomara en cuenta que con toda la banda hago lo mismo. “Aún así, me queda claro que lo haces con los demás, pero a mí nunca me habías tratado así y me súper saca de onda que lo hagas”- insistió con cierto desasosiego. Aunque seguro se asomó por mi cara un gesto de “no mames”, le expliqué que no lo hacía con mala intención, que mis bromas no las hacía con el afán de molestarlo, era sólo jugar; y que si realmente le molestaba, limitaría los comentarios.- “Ok, te lo agradezco, pero aún así, quiero saber porqué estás así conmigo cuando antes no eras así”- reviró niño D.

Para ese momento me encontraba ya bastante tomadona, y aunque por un momento pensé en callar la boca y fingir que todo era lindo; algo en mi cabecita llegó a la conclusión de que era mejor aclarar las cosas de una vez por todas. Así, ante el deshinibidor efecto del alcohol, le reté: “Ok, quieres de verdad llegar al fondo de esto?? Bien, lo puedo hacer. Ahora, tu dime: aguantas platicar como adulto y tan cuates como siempre?”. Niño D asintió; por lo que me solté:

Profana: Veamos. Tu y yo comenzamos a salir plan ligue. Después me presentas a tus amigos y nos llevamos bien. Por tal motivo, como a tu parecer hay todas las probabilidades de que haya divisiones entre nosotros y la banda si tú y yo andamos, me dices que prefieres que la dejemos como amigos. Respeté tu decisión, aguanto vara y actúo en consecuencia; o sea, te trato como cuate. Tu, por otro lado, eres absolutamente errático: te molesta que te trate como amigo, no obstante tu lo resolviste de esa manera. Más aún, tampoco respetas tu propia decisión; debes ser honesto y reconocerlo, un día me tratas como amiga y al otro me das trato de date. Realmente es confuso!

Niño D: Si, lo reconozco. Pero también trata de entender: Me gustas mucho y en ocasiones me la quiero jugar valiéndome madre todo; y otras, pienso las cosas y no quiero que este ambiente chido en el que todos salimos como cuates se pierda, pero sé que si algo sale mal entre nosotros pasará precisamente eso… y te quiero a ti, y los quiero a ellos junto contigo.

Profana: Si, ya lo habías dicho, y aunque la verdad se me hace un pretexto muy tonto, no es mi labor disuadirte, ni convencerte lo contrario; simplemente ya te hubieras aventado… Como eso lo entiendo así, entonces insisto, yo sí he respetado tus conclusiones y tu no lo has hecho. Así que, por favor, respeta tus decisiones. Si me vas a tratar como amiga, está bien, pero entonces no me estés tratando eventualmente como date, eso no es jugar limpio… y si me quieres como amiga, al menos, no seas injusto.

Niño D: Lo entiendo, pero en buen plan, créeme que tampoco lo hago por mala onda. Es neto, me gustas cañón y a veces se me sale el querer que si fuéramos algo más que amigos… pero dime algo: tu qué quieres??? Tienes alguna otra solución a esto??

Profana: Noooo, querido, qué lindo… ahora si me preguntas que qué quiero, cuando antes ni te importó??? Como para qué preguntas ahora?? Nene, déjame aclarar algo: yo no estoy confundida, ni soy yo la que cambia el juego. Ya estás grandecito. Mis decisiones las he tomado y respetado. No pretendas que tome tus decisiones. Así que mejor, en tanto no sepas que hacer, respeta lo que me habías dicho.

Niño D: y si cambio de opinión??

Profana: Pues tu deberás ver cómo le haces. Nada más, si lo haces, avísame, porque ya nos queda claro que no adivino pensamientos, y tu te estás comprometiendo a hablar las cosas claro.

Después nos interrumpieron y tuvimos que ocuparnos de un Ge, que ya también estaba fundido.

Al día siguiente, no pude evitar sentirme mal por aceptar que probablemente había cerrado la puerta yo sola, pero me intentaba consolar con la idea de que al menos, estarían más claras las cosas y sabría qué papel me toca jugar. No lo niego: me hubiera gustado que las cosas hubiesen sido diferentes, que se hubiera aventado.

Ha pasado ya de eso más de una semana, y ahora platica mucho más conmigo por Messenger, me manda mas mails y me llama por teléfono más seguido. También lo sé: dijimos mucho sin resolver nada, probablemente sigo corriendo en círulos, quizá sólo no quiero ver los hechos tal y como son, sólo una ciega que se resiste a ver. Creo que soy una reina del drama! Ahora me pregunto si será este el final de esta temporada de la serie...

Chale, si nací para perder!!!