jueves, junio 04, 2009

Adios a las Bahamas

Le cuento que estoy en plena mudanza. Me contesta que es una vergüenza que él ya lo sepa y que no haya sido yo su fuente de información. Evado entonces el reclamo abundando sobre el stress que me produce guardar las cosas y todo eso que conlleva cambiar de casa; y lo mucho que me sorprende que mi plan de aguardar pacientemente a que todo se arreglara por sí solo mientras yo conservaría una actitud contemplativa, nomás no ha funcionado bien. Él suelta una carcajada y me dice que no le sorpende que haya decidido adoptar tal método.

Me comenta entonces que tiene la solución al problema, no al de la mundanza, sino al del stress: unos 4 días en Bahamas. No se si agradecer la buena aunque utópica propuesta, o si más bien enojarme por la burla que representa. Él ya lo sabe, pero se lo reitero: no tengo un duro, el plan resulta complicado. Contesta que la imposibilidad que le planteo es poco viable: los boletos y reservaciones están ya a mi nombre, todo está planeado para dentro de 3 o 4 semanas, según me resulte conveniente, por dinero, no hay nada que pagar. Resulta entonces obligado entrar al detalle ese de que no tengo vacaciones porque acabo de cambiar de trabajo, aunque él también lo sabe ya. Nada de qué preocuparse, me dice, su hermano me puede extender los justificantes necesarios, que de algo sirva tener un médico en la familia.

En mi mente se empiezan a crear imágenes de una típica playa caribeña tranquila y hermosa, como suelen serlo; y yo recostada en la arena blanca y fina, con un bikini en colores rojo y blanco para contrastar con el fondo neutral, con un chupe con sombrillita y cuadrito de piña en una mano y en la otra un libro. Casi puedo sentir la brisa salada y el rayo del sol sobre mi piel, por ahí corre una gotita de sudor que intenta huir del calor ambiental. Y sí, la escapada va muy bien, y la comida ha sido buena, y las pláticas y las risas no cesan, y en realidad esto ha servido para relajarme, y pásate otra cuba aprovechando que ya estoy medio borracha, y qué buena nalga tienen los lugareños.

Entonces empiezo a hacer cálculos de tiempos, nada más hay que pensar, si es gratis y tengo excusa para faltar al trabajo, pues entonces sólo hay que fijar fechas y ya. Julio me queda mejor, y el calorcito será más placentero por esas fechas y el bronceado quedará mejor.

Y entonces viene el pelo en la sopa: Bien, bien, partimos el jueves muy temprano a Miami, y de ahí hacemos la conexión a Bahamas. Mierda! Pequeño, pequeñisimo detalle: No tengo visa gringa ni oportunidad de que me la den en 3 semanas!. Dice que con suerte me la pueden dar. Y otra vez viene el dilema: es que no quiero solicitarla, no porque no quiera ir a Bahamas, es porque no quiero poner mi cara de circunstancia y amabilidad con los gringos. Por qué? pos si ni me voy a quedar en Miami: pa' ver sudacas con complejo de gringos puedo irme al norte de mi país. Sólo quiero ir a la playa, y no a una gringa, Por qué necesito visaaaa?

Pregunto si no hay otra forma de llegar a Bahamas. Dice que no, que el vuelo ya está así y no hay forma de cambiarle. Pide con serenidad y firmeza que saque la cita ya mismo, que quizá explicando bien las cosas todo salga a tiempo, que podría retrasar los planes una semana más.

Y entonces siento la punzada que me produce la idea de tener que pasar todo el show con tal que me dejen entrar a un país que por esta ocasión no pretendo visitar, y me enojo y quiero patalear, pero no puedo porque estoy en la oficina. Se que no me van a dar la cita pronto. Tengo que declinar la invitación, no sin sentir ganas de despepitar en contra de los gringos y decir que son unos putos, pero no lo haré, porque algún día quiero conocer NY, las Vegas y Nueva Orleans (un mardi gras no me caería mal).

Y entonces, con lágrima Remi en el ojo, tengo que decirle 'Adios' a Bahamas, aunque ni siquiera haya llegado a verle.

¿No podría ser algo más nacional, digamos, de perdida, Acapulco?

Voy a compar una alberca inflable, al fin ya habrá jardín!

6 comentarios:

Rafael Merino Isunza dijo...

No te acongojes Profa está muy fácil, cuando vas en tránsito no necesitas visa para entrar a Estados Unidos, sólo que bajando del avión unos caballeros de seguridad, muy amablemente te acompañan a un cuarto donde te tienen metida hasta que salga el otro vuelo. Es la otra opción y recuerda que eso es el precio de la infamia.

Anónimo dijo...

Es claro que Rafael Merino no sale hace un rato del país. Desde el 2001 no hay opción, para poner un pie en los Estados Unidos hay que tener visa. Poco importa que se vaya en tránsito.

Anónimo dijo...

Sí Profa, de hecho existe una visa especial, que sólo es para tránsito. Pero te la dan bien rápido, el trámite es mucho más fácil de lo que lo pintan. Yo la pedí nomás pa hacer escala y me la dieron por diez años, y ni siquiera me hablaron feo ni nada de lo que se cuenta. Igual es de suerte, pero no pierdes nada con probar.

La Rumu dijo...

Ahhh Bahamas... qué estresantes las chingadas mudanzas pero mira que ya casi casi estamos pa'l open.
Y pinches trabajos, ya te estabas disfrutando el chupe y luego la triste realidad laboral te recordó que ¿qué te has creído, abogada o algo así?
Salud!

Emilio dijo...

Pinches gringos. Hay que organizar por facebook un boicot turístico mundial, a ver si aprenden los culeros.

Cynthia Ramírez dijo...

No Profana, no!! Saca tu visa!! No puedes dejar de ir a las Bahamas por eso!! no!