lunes, marzo 10, 2008

De noches tranquilas viradas.

Me fue solicitado el derecho de Real Audiencia para conocer a un niño nuevo, que al parecer, me había visto en fotografía y se encontraba genuinamente interesado en mi.

La tarde empezó con una comidita casualona en un maravilloso Bistrot de la Condesa. Los alimentos maravillosos y la compañía excelente: Srita. P, su mamá y yo. Durante la comida, P y yo decidimos ir a un lugar nuevo, algo light sin desvelarnos mucho en obvio de que teníamos un buen de cosas que hacer el domingo, donde se pudiese platicar, escuchar buena música y, desde luego, echarse un traguito o dos. Comenzamos la labor de coordinación correspondiente y la cita había quedado fijada.

Llegaron al punto de reunión la amiga de P con su hermano, a quien llamaremos Ranch. Este personaje vivió ya bastantes años de su vida en la provincia. Con el previo aviso de que no pretendo discriminar a nadie, el niño es totalmente tosco. No obstante que su familia tiene los suficientes recursos económicos para darle una vida de lujos, y a pesar de haber conocido ya bastantes lugares del mundo, como que no se ha interesado por adentrarse en la cultura de ésos lugares y sólo ha visto como que el primer plano de las ciudades, pero no se ha adentrado tanto en su espíritu. Vamos, es el típico niño de familia de altas posibilidades económicas que no se esfuerza por crecer y que cree que tener alguna suma en su cuenta bancaria le es suficiente para ser bueno. Así, a la media hora de platicar con el, Profanita ya se encontraba casi literalmente creando mentalmente una realidad alterna para escapar de estos hechos. Cabe hacer mención de que éste esfuerzo no fue sencillo, pues Ranch, sin proponérselo, encontró una manera de evitar la transición del estado nirvánico por un medio poco encantador: escupe cada vez que habla!!! así que cuando entraba a la negación mediante una abstracción mental de ésas importantes (como resolver el misterio de cuántos pantalones tenía que recoger de la tintorería), involuntariamente tenía que volver a la realidad al tener que limpiarme la cara en obvio de las salpicadas que me eran constantemente propinadas.

Confieso que me sentí aliviada de haber anunciado con anterioridad al encuentro que no era mi intención desvelarme, por lo que esperaba media hora más, y la cita habría finalmente llegado a su fin; al tiempo que P me pedía disculpas por el encuentro.

En el lugar, un pequeño barecito de la Condesa también, se encontraba una bandita de niños que traían un muy buen ambiente. Como la mesa de junto se desocupó, ellos ocuparon el lugar. Uno de ellos le comenzó a hacer la plática a P y después nos invitaron a bailar. P y yo descubrimos que estos animados personajes eran los dueños del lugar, así como de otros bares de la colonia. En obvio de que notaron que nuestra tertulia no era la más animada de la noche, nos invitaron a irnos a otro de sus bares a agarrar la fiesta. No tuvimos mucho que pensarlo, cuando P y yo nos pudimos escapar de el resto de nuestra mesa por unos momentos, quedamos de acuerdo por unanimidad y sin pero alguno.

Tras de que fingimos encontrarnos muy cansadas con nuestros acompañantes originales y de ser dejadas en la puerta de casa de P, regresamos al bar que literalmente está a la vuelta de la esquina. Los dueños se mostraron visiblemente complacidos con la osadía, así que sin dubitaciones nos lanzamos junto con ellos al otro antro. La recepción fue evidentemente privilegiada, nos ubicaron en la mejor mesa del lugar y pusieron a nuestra disposición cualquier cantidad de botellas para elegir la bebida de nuestra preferencia.

Para las 5 de la madrugada seguíamos bailando como locos. Uno de los socios se mostró muy interesado en P, mientras que otro enfocó sus atenciones y esfuerzos conmigo. A ratos se disculpaban, e iban a verificar algún particular relacionado con el antro. En el inter, hubo 2 madrizas que tuvieron que controlar. Decidimos que era hora de regresar a casa a dormir a eso de las 6 y pasaditas de la mañana. Nos llevaron a la puerta de la casa de P.

El socio con el que estuve bailando casi toda la noche me expresó su intención de salir conmigo algún otro día. Horas después esa "mañana", recibí su llamada invitándome a salir. Tuve que declinarla en obvio de que como ya dije, tenía muchas cosas que hacer ese día y no tenía tiempo; sin embargo, propuse encontrarnos otro día de la semana, previo acuerdo que tuviéramos telefónicamente. El aceptó.

Y eso, que comenzó con el plan de ser una noche light, de irse a dormir temprano; terminó siendo una de las noches más divertidas que podamos contar P y yo. No podemos evitar reírnos de la locura, de lo inesperado y de lo sui generis de estos sucesos. También nos preguntamos la razón por la que de alguna u otra manera terminamos siempre haciendo migas con los dueños o socios de bares... probablemente seamos unas bohemias muy simpáticas. De cualquier manera, sea lo que sea, siempre nos divertimos mucho y siempre salimos con una nueva historia que contarle a nuestros nietos, o al menos, a nuestros amigos, quienes muchas veces se sorprenden de nuestras andanzas.

Por lo del Ranch, evitaré las salidas nuevamente. Sin embargo, toda vez que es hermano de la amiga de P, y tomando en cuenta que probablemente lo volveré a ver alguna vez, debo apresurarme a comprar un impermeable.... eso, o rezar porque se ponga de moda nuevamente el uso de redes en la cara. Puedo intentar volverme una trend setter...

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues sí, la vida se abre camino, como dicen los matemáticos en islas pobladas de dinosaurios. O como dice el nuevo y poco conocido refrán: no por mucho escupir se pasan las horas más rápidamente. Prueba también unos lentes oscuros de esos que cubren todo el cachete, igual y con esos la armas. Esos virajes luego cambian cosas, muchas. saludos.

Jana dijo...

jaja pobre de tí toda salpicada,,, pero lo bueno es que hubo recompensa y te la pasaste super padre despues.
Y siempre pasa cuando dices que sales a algo tranquí y no quieres desvelarte, te pones unas santas enfiestadas jajaj y son las más chidas!!
saluditos

Jana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
JL dijo...

Jajajaja, así pasa cuando sucede mi estimada profaniux, las noches que más equis pintan resultan las mejores jajaja... Asco milochomil lo de ese wey, por lo menos no tenía mal aliento ewww jajaja, pero pues lo bailado ni quien te lo quite no?

morgana dijo...

jejeje
q terrible las escupiditas... huacala!!
definitivamente...
las salidas menos planeadas son las mejores!!!!
un beso profanita!

Ricardo dijo...

creo q tiene mucha razon morgana, cuando no planeas algo es cuando mejor sale y mas lo disfrutas... q chido q la noche mejoro considerablemente despues de sufrir las escupidas del weeey jajaja
yo mientras sigo en pleno dilema

saludos

Invierno Funk dijo...

Pues... como dijo Nietzche!

"Ponte un pedo y usa salpicadera"

La princesa muy rota dijo...

Profanaaaaaaaaaaa!!!! soy Linda alguien desaparecio mi blog snif snif snif y ahora no tengo nada de tiempo de revivirlo pase solo rapidismo a avisarte.dejame un correito donde pueda comunicarm contigo. Besos

Juan Luis Urribarrí dijo...

Juajuajua... sin desperdicio este post, al igual que el del Castellano y el Español. Me hiciste recordar la tontería esa del colombiano Juanes y sus franelas "Aquí se habla español", que luego en mi país imitaron según las regiones: Si era de los Andes decían "Se habla gocho", si era del Zulia "Se habla maracucho", de la capital "Se habla caraqueño", y así de cada zona como los Llanos y Oriente. Claro, luego de la frase "Se habla..." venían frasesitas típicas de cada región. Una joda, en verdad, pero hubo quienes la creatividad los impulsó a estampar unas que decían: "Se habla malandro", o "Se hablan huevonadas"... juajuajua, muy buenas, en verdad.

Saludos desde mi Cantina

Eric Uribares dijo...

Obtuviste tu recompensa divina¡¡¡¡ Oye, aguantar a un tipo cuyas reflexiones matemáticas se relacionan con los algoritmos de la tintorería...y que encima te ponga pekitas de saliva cada que abra la boca¡¡¡¡ bien merecida recompensa conocer a unos Chicos divertidos¡¡¡¡

un saludo

Luis Guillermo Franquiz dijo...

No sabes cuánto he sonreído con tu relato. Si hay algo que disfruto mucho, es precisamente eso: los giros inesperados que ofrece la vida, las sorpresas mágicas que nos conducen, sin previa consulta, hacia escenarios nuevos y enriquecededores; de hecho, casi que como encontrarme con tus palabras.

Me encantó el lenguaje, la visión, la escogencia de frases y lo visual que acompañó mi lectura.
Fue un verdadero placer.
Gracias.