lunes, agosto 11, 2008

Hasta pronto sí se escribe con hache.

Siempre, hasta el día de hoy, me he negado a pedir la visa gringa. No me parece gracioso tener que pagar (el minuto por llamada telefónica) para hacer una cita, ni irme a un banco a pagar el derecho a una cita para ver a un funcionario público al que le de uno casi acceso sin restricciones a su vida, para después pasar con un cónsul, que dependiendo de su estado de humor ó si su café matutino estaba bueno o no, decide a su más arbitraria facultad darte el pase de bienvenida al gabacho ó mandarte a sentarte a la banca por un tiempo más.

Mi aberración ante tal cosa no ha cambiado ni disminuido en lo más mínimo. Sin embargo, ahora tendré que someterme a todo ese teatro.

Hay gente a la que uno conoce ya por tiempo considerable, sin que ello tenga mayor repercusión en la vida. Por otro lado, existe aquélla cuya presencia (y por ende, su ausencia) adquiere un significado especial, a pesar del poco tiempo que pueda tener en nuestras actividades o en nuestro día a día.

Por otro lado, aunado al hecho de que el autor dejará vacía por un tiempo su silla en la cantina de costumbre, también ha decidido también dejarnos sin los desvaríos de Lear. Concuerdo con él en que su blog es uno de mis preferidos. Como ya lo había mencionado en algún otro post, todos los miércoles le buscaba desde temprana hora para conocer la nueva ocurrencia. Sus razones las ha expuesto y, a pesar de varias súplicas para que no desaparezca de la blogósfera, parece que nada le hará cambiar de decisión.

Por los amigos uno puede hacer muchas cosas que normalmente no haría. Ahora tendré que ir a poner cara de circunstancia a la embajada. La visita a la que ahora será su residencia será obligada y, desde luego, también será un gusto. Paradójicamente también, justo cuando ha decidido dejar de hacer sus escritos públicos, se verá obligado a escribir más, en obvio de que el mail ahora será la forma más fácil de saber de su vida (no te hagas el desentendido, eh!). Las chelas y demás espirituosas, se irán acumulando para cuando tenga la gentileza y oportunidad de visitarnos. Espero también no olvide una de sus promesas, de otra manera, me dejaría sin el artículo que usaría en lo sucesivo para asistir a cualquier entrevista de trabajo. También tendrá que llevarme al bar que él y Solecito me prometieron presentarme. Más le vale no perderse, hay varios pendientes en la agenda y, al igual que él, también pienso que eso es bueno.

Soy terrible para las despedidas, no me gustan. Como él bien dice: Hay cosas que uno no debe tolerar, entre ellas, el olvido. Así que no daré motivos para que semejante cosa ocurra. Lo bueno, es que (aunque parezca lo contario,) esta no es una despedida, ni una invitación con visa al recuerdo únicamente. También hay gente que espero permanezca en mi vida.


Con todo cariño,

Al autor, éxito y Hasta pronto.

A Lear, El Rey no ha muerto, Viva el Rey!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Muá!

Cynthia Ramírez dijo...

Y, ¿cómo dice la canción? "No es más que un hasta luego, no es más que un breve adiós; muy pronto en la cantiana nos reunirá el señor [El señor Lear, claramente]"

Canten conmigo!!

Anónimo dijo...

Hey si te vas al gabacho me invitas?? jajajaja

MDFK

Anónimo dijo...

Hey si te vas al gabacho me invitas?? jajajaja

MDFK

Eric Uribares dijo...

salud¡¡¡ se escribe con la mano alzada....

Defeña Salerosa dijo...

leaaaaaaaaaaaaaaaar, dònde estàs????

chingonsìsimo, profis, como acostumbras, ya se le etstraña jarto al chamaco èste...