lunes, agosto 25, 2008

No ha habido grandes heridos

Martes, 7:30 P.M. en la oficina. Meditaba seguramente sobre lo harto estresada que me encuentro mi trabajo actualmente, pensaba en el coraje que hice en la mañana que me dejó hasta temblando; quizá repasaba en la mente que hace rato me dolía la cabeza y que alguien me trajo unas aspirinas, o puede que sólo me encontrara esperando la hora en que me dijeran que podía salir a la libertad. Sentí revuelto el estómago, no en aspecto metafórico, tenía verdaderamente ganas de vomitar. Me dirigí en dos saltos al baño. Regresé con los ojos llorosos a mi lugar. Respiré profundamente mil veces. En breves instantes estaba otra vez en el baño. Decidí retirarme sin preguntar.

Estaba dispuesta a ir a casa, pero el espasmo se hizo presente nuevamente. No iba a poder subirme un taxi y llegar al hogar sin provocar un desperfecto, así que pensé en ir a casa de Srita. P, que está muy cerca de mi oficina. El fuerte dolor hizo que se me salieran las lágrimas. La primera escala fue al baño nuevamente, después a su cama. Así fue intermitentemente por unas 3 horas más. Diagnóstico telefónico de 2 doctores: stress. Me quedé dormida y prolongué el letargo por el día siguiente, no fui a trabajar.

El jueves regresé a mis actividades cotidianas. Para ser francos, esperaba algún tipo de pregunta sobre mi estado de salud. En su lugar, sólo hubo silencio. Esperé pacientemente a que fuera hora de reunirme con mis amigos de Cantina de jueves.

Cené un caldo de pollo (por aquello del estómago). Me relajé mucho. Es increíble cómo personas a quienes no se tiene mucho tiempo de conocer, pueden hacer de una reunión común una verdadera delicia, dando como resultado que parte de la semana (claro, y del presupuesto) se planee en función a ésa reunión semanal. Recuerdo que Meche cenaba fabada, que Rafa tomaba agua y que Petronila, Rufián y yo criticábamos junto con Lilián a Hannia Novell y a otros presentes en la cantina. Después llegó un grupito fresa equipado con instrumentos musicales, dándole una cantina típicamente española, un aderezo fusión con sazón cubano.

Rafa amablemente se ofreció a llevarme a casa. Me subí del lado del copiloto. No podía abrochar el cinturón de seguridad, por lo que tuve que pedirle a Rafa que me ayudara. Llegando cierta calle, le pedí tomara la izquierda del camellón porque del otro lado había un alcoholímetro. Rafa me preguntó la razón por la que había que esquivarlo, si después de todo, él sólo había tomado agua durante la noche. Dije que me daba hueva que nos pararan. Después vi algo blanco de reojo, no distinguí qué fue.

Algo nos empujó, cerré los ojos y sólo sentí un gran mareo. Supongo que perdí consciencia por un momento. Cuando me reincorporé me dolía la cabeza y me daba vueltas. El vidrio estaba roto y una parte de la puerta, recargada en mi pierna. Una puberta beoda se pasó un alto y nos chocó. El golpe fue directo en el lugar en donde yo estaba. Nos preguntamos si estábamos bien, parecía que así era. Ya después llegó la policía, el seguro y las ambulancias. La otra conductora se dio a la fuga, aparentemente, entre el nervio y su borrachera había chocado adelante, pero se había arreglado con otros polis; intentaron encontrarla pero ya se había ido A mi me dolía horrible la cabeza y el codo, pero seguía caminando un lado a otro: quería saber qué había pasado con la infractora y asegurarme de que todos estábamos más o menos bien. Llegó el l&tae a ayudarnos, después apareció un taxista diciendo que había recogido las placas a petición de la joven que nos impactó. Al menos, ya teníamos una pista. Entramos al hospital a eso de las 5; batas con apertura por la espalda, exámenes, placas y medicinas después, habremos salido pasadas las 6.

No me pasó eso de ver tu vida en un segundo. Supongo que como no vi venir toda la situación, tampoco entendí bien de qué se trataba. Algunas consideraciones finales:

1.- Conocí más a mis amigos. Esto de verlos en bata de hospital y ver sus radiografías es algo que no pasa (afortunadamente) todos los días.

2.- Mi ángel de la guarda trabaja como esclavo y es bien rifado. Sólo tengo un moretón en la pierna, otro en el codo y un chichón en la cabeza. Ninguna fractura o fisura, mi memoria y reflejos están bien. Vamos, ni un solo rasguño o vidrio enterrado. La coordinación quedó tal y como estaba antes (la cosa es saber si entonces era buena o mala), pero no empeoró.

Bueno, ahora que lo pienso, horas después del suceso, estaba bastante contenta por estar vivos y bien… una ligera afectación de personalidad, pues pensaba que estaría quejándome del suceso por largo tiempo, y sólo estaba agradecida porque las cosas pudieron ser mil veces peores y no lo fueron. Será que Profana ahora se ha vuelto optimista y todo amor? Definitivamente no.

3.- Sigo sin entender por qué Lilián daba por respuesta “Argentina” a toda pregunta que se le hacía.

4.- En obvio de que supongo que terminé de romper el cristal de la ventana con mi cabeza, y – gracias a Dios y a la vida- sólo me salió un chichón y no un coágulo o traumatismo serio, he descubierto que soy una cabeza dura en más de un sentido. He corrido con mucha suerte, pensé y la doctora me lo confirmó.

5.- Mala hierba nunca muere.


La semana pasada no fue mi semana... o si?

Pd. Para otros datos o puntos de vista, consulte ésta crónica, ésta reseña, o la versión de Rafa.

9 comentarios:

Fer V dijo...

Frecuentemente hechos individuales, en vez de largas historias con todo y sus prólogos, epílogos y continuaciónes, son los que definen nuestro carácter y, de paso, nuestra suerte.

Así, si eres pesimista, tu semana fué pésima. Tanto que sólo falto un poco para que fuera, de hecho, tu última semana. En cambio, si eres optimista, podemos decir que no importa todo lo demás, tuviste un excelente tiempo con tus amigos y la enorme suerte de que nada te haya pasado, fué una buena semana.

Y siendo realistas, tu semana apestó, pero sabes que cuentas con tus amigos, has tenido la buena fortuna de salir bien librada de un accidente que pudo ser fatal y si todo esto te ha hecho reflexionar un poco entonces la semana no fué una total pérdida de tiempo.

Es bueno saber que saliste bien librada.



¡Sonrie!

Lilián dijo...

Excelente crónica de nuestro accidentazo, con el preámbulo infaltable de tu propio inicio de semana del nabisísisisisimo.

Lo más genial, sin embargo, fue toda tu actitud al respecto. Ora sí que yo me admiré (y mucho). No digo solamente la madurez para decir: bueno, qué pasó, quién se responsabiliza, quién paga los platos rotos y todas esas reacciones adultas que aún no logro comprender del todo. Lo mejor, insisto, fue esa campechanez en todo momento, hacer bromas con la doctora y el del seguro, tomárselo con calma y sin exageraciones.

Neta que te convertiste en mi ídola. Y que verte en bata no tiene precio. Y que ora sí somos amigas de carne, huesos y sangre. Ajúa.

Anónimo dijo...

Es bueno saber que están todos bien, querida profana y que nada pasó a mayores. Dígale a Rafa que mejor ya se ponga a tomar, quizá sea más seguro ir borracho al volante...

Conteste pues el puto correo electrónico...

Karla dijo...

ups!
que bueno que no fue nada grave!
es increible como nosotros nos cuidamos de no beber para no combinarlo con el volante y sin embargo el conductor de al lado le vale queso y se toma su buenos chupitos y al volante se ha dicho!

en fin, ojala que puedan identificar a la infractora!

muchos besos y recuperate prontito!!!

Jana dijo...

Que bueno que no les paso nada grave.. te entiendo perfectamente como te sientes acabo de pasar por un choque donde la libre como las grandes.
Creo que tenemos un angelote que neta trabaja horas extras.

Y que coraje que se haya pelado la inche vieja inconsiente ojala que si logren dar con ella.

Saluditos!

JL dijo...

Que bueno que estés bien amiga Profaniux!! sometimes life is a bitch! pero lo importante es saber que tenemos gente a nuestro lado que siempre nos va a apoyar, que bien que te diste cuenta de eso... Saludos y que te recuperes pronto!! =)

Anónimo dijo...

Orale que onda con tu vida compañerita

Luna Nueva dijo...

Espero que este suceso sirva para poder ver la vida o esa mala semana con otro ojos, llenos de mas luz o envueltos en tono un poco rosa.

lo dijo...

En dónde consigo un ángel como el tuyo?