jueves, abril 03, 2008

De juegos de manos

Dicen en mi pueblo que el miedo no anda en burro. Honestamente, no creo que en el caso que hoy expongo sea miedo lo que mueva a uno de los protagonistas, sino como ya bien me pusieron en un comentario, su ego un tanto menoscabado.

Niño D me marcó el martes para invitarme al cine. Decidí hacer una pequeña prueba para ver qué tanto pueden mover los celos a alguien, o si definitivamente, mi apreciación sobre aquella pequeña muestra de inseguridad de su parte había sido valuada en exceso. Así, justo cuando me avisó que ya estaba a la vuelta de la esquina, empecé a fingir hablar por el celular, sacando una que otra risa, y supuestamente disculpándome porque esa tarde no podría ver a la persona con la que “hablaba” en virtud de tener un compromiso previamente acordado para esa noche; al tiempo que, a modo de consolación, prometía una cita para el día siguiente, como a eso de las ocho de la noche. Terminé la conversación ya dentro del coche de niño D mientras nos dirigíamos al cine.

Profana: Disculpa, ya ni te saludé bien por estar hablando por teléfono.

Niño D: No te preocupes. Qué, ya hiciste plan para mañana??

Profana: Si (ahuevo, creo que si lo creyó)

Niño D: Qué bárbara, últimamente estás saliendo mucho no??? Qué tu nunca descansas??

Profana: (en tono de broma) No, mis compromisos sociales no me lo permiten, ya ves que me he vuelto tan popular….

Niño D: Ay, bájale… pero bueno, ahora sí que andas en el socialitos a todo lo que da!

Evidentemente, aunque Niño D mantuvo la pose de indiferencia, puedo decir que parecía algo desencajado por la situación. No habló más del tema, ni yo lo traje a la mesa de nuevo.

Curiosamente, una vez que llegamos al cine, lejos de negociar la película a ver, me dijo que quería que ese día la elección fuera mía. Entramos a la sala unos minutos antes y empezamos a platicar. Me dijo que GE ya estaba organizando el plan del viernes, y que ante la reapertura de cierto antro, había conseguido invitación. Sin embargo, como D todavía está enfermo, prefería no ir. Le comenté que a mi también me resultaba complicado, pues el sábado tenía una boda en la mañana, y que tendría que madrugar prácticamente para arreglarme. – Ah, y de quién es la boda?- me preguntó D con suspicacia. Respondí que no sabía, que al parecer los novios eran conocidos de un amigo mío y que éste último me había pedido que lo acompañara. Se me quedó mirándome como si pidiera mayor explicación, misma que no le di y cambié el curso de la conversación.

La película comenzó a proyectarse. Casi en la mitad de ella, Niño D hizo un comentario al que yo reaccioné dándole una ligera palmada en el pecho. No dejó que regresara mi mano a su lugar, sino que la tomó entre las suyas y la recargó sobre su pierna. Tiempo después, extendió mi mano, que seguía atrapada en la suya, y comenzó a dibujar líneas con su dedo sobre los míos, como siguiendo los trazos, como conociéndolas. Mis latidos se aceleraron al tiempo que mentalmente me reclamaba mi ignorancia sobre el correcto proceder en ese tipo de situaciones. Mi papá siempre decía que cuando no supiera que hacer, que entonces no hiciera nada. Seguí el consejo, y continué viendo la película como si nada ocurriese. No soltó mi mano en lo que quedó de la película.

Cuando se encendieron las luces, tomé mi bolsa con la mano libre y aún de la mano, me hizo el gesto para darme paso y salir, sin soltarme.

De regreso a mi casa, dijo en tono inocente que había encontrado la forma de negarse a ir al evento de GE de la manera más educada, pero que requería mi cooperación:

Niño D: Podríamos decirle que como me visitaste el fin de semana, te contagié y que ahora tú te encuentras enferma, y que yo te voy a ir a cuidar.

Profana: Podría ser, a mi tampoco me conviene desvelarme ese día, y conociendo a GE, si le digo eso, seguramente se va a indignar.

Niño D: Lo se, por eso hay que decirle eso, para que no crea que es en mala onda. … es más, como ese día no vamos a ir ni tu ni yo a la reapertura del antro, y GE y Bacha si van a ir, podríamos hacer algo leve tu y yo!

Profana: No suena mal, pero definitivamente tendría que ser algo muy leve, ok?

Quedó de hablarme para ponernos de acuerdo. Sin embargo, aunque podría decirse que por el momento no teníamos nada más que decirnos, pues para esta hora ya habíamos estado hablando un buen rato parados frente a la puerta de mi casa, niño D me seguía mirando callado sin la intención de moverse. Tuve que decirle que lo dejaba, pues tenía que despertar temprano. Esperó hasta que cerrara la puerta para regresar a su coche.

Y esta Profana persona, sigue en la nada total. Podría suponer que la agarrada de mano no es de amigos, podría casi decir que se siente celoso. Por otro lado, podría decir que quizá solo me está aceptando y aprendiendo a conocerme como amiga. Todo esto, sólo son mis conjeturas, ustedes qué creen?

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaja, qué poca madre lo de la llamada fingida pero qué bien funcionó, jejejeje. El tipo no se animó, no se animá y no veo para cuán do se anima, pero pus sí le duele (la vergüenza debería dolerle). Yo digo, a la ver... con el caballero. PEro también digo lo del post anterior: se ve que te sigue afectando lo que él piense-sienta-haga, so, it´s your call.

PD. Hay reunión etílica de blogueros hoy en el covadonga a las 9.00. Si puede, dése una vuelta.

saludos

Rogelio Segovia dijo...

Tienes material para una buena novela de amor, seguro tendrá buen final para ti.

Invierno Funk dijo...

Estimada Profana, ya estuvo, yo creo que puedo adivinar el desenlace de esta comedia magico cómica músical y pasional…. Yo creo que ya tengo el fin de la historia. Pero no lo diré para no influir, solo quiero que prometas poner todo ja jajaj a… para ver si tenía razón o no….

Estaría de pelos que niño ge tuviera blog, para leer la otra cara de la moneda no???

Por lo pronto, me voy un poco triste, porque no quería presentir el desenlace…. Pero animo, no deja de estar buena la historia.

Recibe mi caluroso aplauso y saludos.

If

Ricardo Arce dijo...

NiñoD es un pendejo.


habemos otros que no te sólo dejarían ir tu mano de un pecho tartamudo (cuando hablas tú).

Invierno Funk dijo...

Ricardo Arce:

Totalmente de acuerdo contigo.

Eric Uribares dijo...

Ja.
Ja.

Me encanta el comentario del Arcefalio a las 3 y algo de la mañana regresando del Covas¡¡¡¡

Ricardo Arce dijo...

Yo no tengo la culpa...

Bueno sí, pero no toda la culpa. Sino culpa a medias, digo me quedé pensando y pues ya valió madre, no podía quedarme con la duda (creo que esa fue la razón... entre otros acertijos).

Víctor dijo...

AY CUANTA COMPLICACIÓN!!!!!