miércoles, diciembre 12, 2007

De la vez que intentaron exorcizarme

Mi mamá es una persona sumamente rara y de intrincada personalidad.

Evidentemente, su círculo de amigas incluye personas a toda madre que han sido "la buena onda" con la familia, pero como toda persona, también ha tenido la amiga que resulta ser un negrito en el arroz.

Esta peculiar amiga, a la que que llamaremos en lo sucesivo "Sra. Fanática Religiosa", resulta ser un verdadero dolor de cabeza. Su historia es la típica historia de la pecadora conversa. Ha tenido una vida nada sencilla; una infancia con muchas carencias; una juventud medianamente alocada; después conoció al que por un tiempo fue su pareja, quien se aprovechó de ella en lo económico, haciendo que lo mantuviera no sólo a él, sino también a su familia por largo tiempo, y cuando el último de sus hermanos se tituló -gracias a la ayuda de Sra. Fanática Religiosa-, decidió que buscaría algo más para su vida, y la abandonó a ella, así como a la hija de ambos.

Después de deambular por la vida entre algún exceso y otro, un día su vida cambió. No se porqué chingados, pero según su dicho, "conoció la palabra de Dios" y regresó por la senda del bien, por el camino del Señor. Este "encuentro", fue llevado al extremo; al punto de que la Sra. Fanática jura y perjura que cuando se siente sola, mira al crucifijo sobre su cama, le expresa su sentimiento de soledad, y dice que en su mente, la imagen le contesta: - hija, no estás sola, qué no ves que estoy yo aqui???-, por lo que procede a bajar el crucifijo y duerme abrazada a él. Tampoco se toma vacaciones para salir de su ciudad, pues es casi "pecado" abandonar su grupo litúrgico.

Pues bien, sucedió que cuando Profana iniciaba en las andanzas de la pubertad, tuvo con su madre muchos más problemas de los que normalmente y de por sí ya tenían. La progenitora de su servilleta, en busca de consuelo o ayuda ante la terrible edad de la punzada de su profana y pródiga hija, acudió a su amiga, la Sra. Fanática Religiosa, a efecto de que le ilustrara sobre el correcto y Cristiano modo de encontrar alguna solución para el tratamiento de los hechos que acontecían(porque mi madre también es muy cristiana y católica).

Así, la Sra. Fanática, después de un exhaustivo y documentado análisis de las circunstancias, decidió que el hecho de que me gustara pasar más tiempo con mis amigos, que quisiera salir los fines de semana fuera del rebaño familiar, que quisiera ir a una tardeada, y que de repente empezara a coquetear con niños (inserte aquí una persignada y un golpe de pecho), no era más que consecuencia de una evidente posesión demoniaca, por lo que aseguraba que una vez que me realizaran un exorcismo, esas vicisitudes desaparecerían junto con el demonio que me había invadido. Advirtió tambien que encontrar al exorcista adecuado no era cuestión fácil, por lo que recomendó a mi mamá poner agua bendita en el agua de tomar, los más crucifijos posibles escondidos en mi habitación, y que una rezadita de vez en cuando no haría mal, pero que ésto lo hiciera cuando estuviera dormida, para que la bestia no se pusiera agreste (gran palabra).

Total, mi madre siguió las recomendaciones de Sra. Fanática Religiosa al pie de la letra. Sin embargo, se sintió, supongo yo, un poco decepcionada al no ver un cambio dramático inmediatamente.

No obstante, un día, las cosas empezaron a rendir frutos: llegué a la casa con un terrible cólico, por lo que solicité no ser molestada y me retiré a mis aposentos. A lo lejos alcancé a oir a mi madre, hablando sacadísima de pedo con su amiga, contándole sobre la variación del día. -Tranquila- dijo Sra. Fanática -Ves?? todo está funcionando, seguramente el agua bendita que has puesto en el agua de tomar le está molestando al demonio que trae Profanita, por lo que es muy seguro que casi todos los días le dolerá el estómago, lo bueno de esto es que YA CONFIRMAMOS QUE ESTÁ POSEÍDA.

Pero algo pasó, al día siguiente, ya no me dolía el estómago, ni al día siguiente, ni en mucho tiempo. Así que mi mamá decidió que el ente que me había invadido era demasiado astuto porque había aprendido a ocultarse bien, razón por la que me confesó todo lo que había hecho, lo del agua, sacó chorros de crucifijos de mi cuarto, etc, y me pidió que me cambiara para ir en ese mismo momento me llevara con un curita (no, no de los que se usan para las cortadas, sino un padrecito de la iglesia católica, pues) que la gente le había recomendado, quesque porque sacaba demonios con harta eficacia!

Yo la neta, me cagué de risa, le dije que no mamara y que mejor yo la iba a llevar a un lugar bien bonito llamado Resorts "Fray Bernardino", City Club. Se armó la gorda gacho, pero no me hicieron el exorcismo, y mi madre no cumplió bien con su deber cristiano, ni de madre.

Quedamos even: ella con sus locuras, yo con mis demonios.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahora todo se explica, tu infinito odio contra Carcamán, tu tirria contra la Sra. Fanática, tu apatía laboral: ¡aún está Legión en tu alma!... En fin, mándale saludos de mi parte.

Miss Pinky dijo...

jajaja la locura!!! jajaja tu madre esta super chida, pero su amiga si suena nefastona jajaja yo quiero una amiga de mi mamá así!!!

Profana dijo...

Lear: jajajaja, no lo había analizado así, yo más bien creo que es mi personalidad, no mi demonio. (Por cierto, dice que gracias por los saludos y los regresa).

Miss Pinky: Créeme, no quieres que una amiga de tu mamá así!! la verdad, ahora lo recuerdo y me río, pero en su momento, si pensé que mi señora madre se había vuelto loca verdaderamente!!!